ENTRE AARAU y VILA-REAL
Este blog nace con voluntad de dejar por escrito la experiencia inolvidable vivida en Aarau durante el intercambio realizado con los institutos de aquella bella ciudad suiza desde el IES Broch i Llop de Vila-real.
domingo, 21 de diciembre de 2014
sábado, 13 de abril de 2013
Día en el balneario :-)
Después de un día mas despertándonos a las 6:30 de la mañana, llegó el día de ir a los baños termales. El día 22 de marzo nos levantamos muy contentas porque nos íbamos a Schinznach
Bad Aquarena.
Después de desayunar un buen tazón de leche y unas tostadas con mantequilla, nos preparamos para ir al famoso balneario, estábamos impacientes por llegar. Nos reunimos a las 8:15 en el "Acuario" del instituto en Aarau, y pusimos rumbo allí.
Cogimos un autobús hasta las afueras de Aarau donde se encontraba el balneario. Ya por fuera nos quedamos sorprendidas porque era muy bonito, tanto por fuera como por dentro. Nada más llegar nos dieron una tarjeta con la que podíamos entrar allí, luego cogimos una llave cada uno y elegimos una taquilla para guardar nuestras cosas e ir a los baños. Primero pasamos por los vestuarios para ponernos el bañador y una vez puesto, fuimos a darnos una pequeña ducha antes de entrar. Una vez dentro colocamos las toallas en el toallero y nos metimos dentro del agua.
La piscina interior está más fría que la de fuera. Esta piscina tenía una pequeña cascada y también unos pequeños geiseres. A la parte izquierda había un jacuzzi con agua hirviendo Fuera había una zona de corrientes, otra con unas barandillas que hacían de respaldo con unos chorros de hidromasaje, otra zona con chorros para las pernas otra pequeña cascada, una piscina sin fin y un tobogán cubierto que tenía flases y luces de colores por dentro.
Lo pasamos genial ese día. Pudimos relajarnos y disfrutar del sol que no habíamos visto en toda la semana. La verdad se estaba muy a gusto y podemos asegurar que nos hubiera encantado quedarnos durante mas tiempo en esas aguas.
Hecho por: Alba Mores, Noelia Ventura y Laura Molada.
martes, 2 de abril de 2013
Valoración final del viaje ( Paula y Rebeca)
VALORACIÓN FINAL DEL VIAJE :
Si tenemos que hacer una valoración de todo el viaje
no acabaríamos nunca porque no se puede escribir todo lo vivido porque ha sido
una experiencia inolvidable , única y nunca la cambiaríamos por nada.
Todo empieza el 17 de marzo antes de salir de casa
se nos hacia imposible dormir , estar tranquilos , teníamos como un cosquilleo
en la barriga de los nervios , de cómo transcurriría la semana con nuestros
suizos , de cómo iban a ser los padres , de cómo iba a ser la casa , de todo.
Una vez ya en Suiza y solo verlos nos dio una
sensación increíble , mucho cariño y muchas ganas de verlos , pero es poco por
conforme acabó la semana.
Conocimos su cultura , es decir , sus costumbres ,
sus comidas , sus comportamiento, como era la escuela , como vivían , y nos gusto
mucho , para nosotras Suiza es perfecta.
Nos llevaron a muchos sitios , fueron muy simpáticos
, y sus padres también muy agradables y aunque algunos españoles no los
entendíamos acabamos cogiéndolos mucho cariño.
El lunes
visitamos Baden , lo pasamos muy bien y es muy bonita. Aquí dejamos algunas
fotos:
El martes visitamos
la fabrica de chocolate , solo llegar ya se olía por todas partes a chocolate
daba gusto entrar allí , nos dejaron probar todo tipo de chocolate , fue un día
muy divertido , aquí dejamos una foto del grupo:
Y después por la tarde fuimos a el ayuntamiento de
Aarau y nos recibieron muy amablemente.
El miércoles fuimos
a los Alpes , fue impresionante , unas vistas
maravillosas y disfrutamos como niños , aquí dejamos unas cuantas fotos:
El jueves fuimos
a Berna , la capital de Suiza , es muy bonita y vale la pena ir , aquí dejamos
unas cuantas fotos:
Por la tarde visitamos el museo de Paul Klee en el
cual nos hicieron hacer una dibujo de uno de sus cuadros , aquí dejamos un
ejemplo:
Y también fuimos a la quesería , que BUENO! Aquí
dejamos unas cuantas fotos:
El viernes por
la mañana fuimos al balneario , fue una tarde muy relajante dicen , y vale la
pena ir .
El viernes ya acabamos las actividades con nuestro
grupo y ahora nos quedaba un fin de semana con nuestros suizos/as.
El viernes fue la despedida , la comida estaba muy
buena y daba mucha pena que ya quedara muy poco para irnos. Después de la cena
lo que todos deseábamos la DISCOTECA , y lo pasamos muy bien con nuestros
suizos , amigos y compañeros:
El sábado era
día familiar , cada uno hacia una cosa así que no puedo decir mas que todos se
lo pasaron bien con los suyos , pero la misma noche fuimos la mayoría a una
tipo “peña” y lo pasamos muy bien , aquí dejo unas cuantas fotos:
El domingo acaba
esa maravillosa semana , cada uno comía con su familia i después nos reuníamos
en el acuario porque de allí nos teníamos que ir todos , tenemos que decir que
fue horrible porque lo difícil era despedirse de nuestros suizos/as para irse ,
allí todo eran caras tristes , algunos llorando , muchos abrazos , besitos , y
incluso algunos padres de los suizos lloraron , fue increíble .Así acabaron
algunas de nuestras caras y eso es bueno ya que quiere decir que les hemos
cogido mucho cariño:
Es decir , fue una semana inolvidable , y algunos
españoles esperamos que vuelvan aquí o viceversa , y solo decir que muchas
gracias a la dirección del ies broch y llop por darnos la oportunidad de ir a
otra país y pasarlo tan bien , y ara ya sabemos que tenemos otra familia mas en
otra parte. Resumiendo fue una semana MARAVILLOSA <3
Valoración final del viaje
Una semana es poco tiempo para poder explicar cómo es Suiza en su totalidad, como su cultura.
Personalmente, he estado muy a gusto en la casa de la familia Lee. Allí, las personas son más cerradas que en España, por lo que les cuesta abrirse a los visitantes, sobretodo españoles, ya que somos muy distintos a ellos. Por otra parte son gente amable y más honrada que mucha población española, por desgracia. Allí, pude ver como se dejaban la puerta de las casas abierta, sin temor de ladrones o personas con malas intenciones. También me impresionó la gracilidad con la que hablaban varios idiomas, la cantidad de idiomas que hablaban y la soltura con la que los hablaban.
En el instituto, los estudiantes se dejaban tanto los portátiles como los instrumentos de música en la entrada, con la seguridad de que siguieran en el mismo sitio a su vuelta. También era de notar, la libertad de la que disfrutaban en el instituto, sin vallas ni puertas cerradas, ni guardias vigilando por si algún incauto se escapa; ya que todos los que acudían a el instituto lo hacían por voluntad propia y no por obligación, por lo que todos tenían intención de estudiar.Tanto querían hacerlo que muchos recorrían un largo trayecto para llegar hasta él, y hablo de: caminar para coger el bus, ir desde la parada hasta la estación de trenes, coger un tren desde el pueblo hasta Aarau e ir al instituto.
El tema del dinero se podía ver diariamente tanto en la calle como en la casa misma. Los precios eran mucho más altos que en España y muy desconcertantes, costaba más cara una taza de café que una botella de agua de apenas medio litro. Por otra parte, los salarios eran mucho más altos que en España, de cuatro a cinco veces mayor por el mismo trabajo. De esto sacamos una conclusión: los precios son el doble que aquí, pero los salarios son el cuádruple o cinco veces mayor, por lo que salen ganando.También pagaban menos impuestos.
Una cosa que me aterrorizó fueron los jóvenes que estaban haciendo la mili, no su ropa o el hecho de hacerla; sino que, mientras sujetaban sus bolsas con las dos manos, llevaban el rifle colgando del cuello y éste, rebotando en su tripa con cada paso que daban. Yo siempre intentaba no acercarme, por si se le soltaba el seguro del arma...
De la comida no hay mucho que decir. Utilizaban queso, patatas y mantequilla como ingredientes principales, y con ellos hacían platos como la Fondue, la Raclette, o una tortilla bastante rara (sin huevos, por lo que no es tortilla) que ellos llamaban Omelette. También tenían distintos tipos de salchichas y Kebabs.
Las ciudades no me gustaron mucho ya que la arquitectura era muy repetitiva y no tenían grandes variaciones respecto a ella.
El balneario me encantó, y no hay más que decir.
El intercambio estuvo, en mi opinión, muy bien pero se debería plantearSE visitar Zurich y Lucerna como excursiones de grupo.
Hasta otra lectores!!!
En el instituto, los estudiantes se dejaban tanto los portátiles como los instrumentos de música en la entrada, con la seguridad de que siguieran en el mismo sitio a su vuelta. También era de notar, la libertad de la que disfrutaban en el instituto, sin vallas ni puertas cerradas, ni guardias vigilando por si algún incauto se escapa; ya que todos los que acudían a el instituto lo hacían por voluntad propia y no por obligación, por lo que todos tenían intención de estudiar.Tanto querían hacerlo que muchos recorrían un largo trayecto para llegar hasta él, y hablo de: caminar para coger el bus, ir desde la parada hasta la estación de trenes, coger un tren desde el pueblo hasta Aarau e ir al instituto.
El tema del dinero se podía ver diariamente tanto en la calle como en la casa misma. Los precios eran mucho más altos que en España y muy desconcertantes, costaba más cara una taza de café que una botella de agua de apenas medio litro. Por otra parte, los salarios eran mucho más altos que en España, de cuatro a cinco veces mayor por el mismo trabajo. De esto sacamos una conclusión: los precios son el doble que aquí, pero los salarios son el cuádruple o cinco veces mayor, por lo que salen ganando.También pagaban menos impuestos.
Una cosa que me aterrorizó fueron los jóvenes que estaban haciendo la mili, no su ropa o el hecho de hacerla; sino que, mientras sujetaban sus bolsas con las dos manos, llevaban el rifle colgando del cuello y éste, rebotando en su tripa con cada paso que daban. Yo siempre intentaba no acercarme, por si se le soltaba el seguro del arma...
De la comida no hay mucho que decir. Utilizaban queso, patatas y mantequilla como ingredientes principales, y con ellos hacían platos como la Fondue, la Raclette, o una tortilla bastante rara (sin huevos, por lo que no es tortilla) que ellos llamaban Omelette. También tenían distintos tipos de salchichas y Kebabs.
Las ciudades no me gustaron mucho ya que la arquitectura era muy repetitiva y no tenían grandes variaciones respecto a ella.
El balneario me encantó, y no hay más que decir.
El intercambio estuvo, en mi opinión, muy bien pero se debería plantearSE visitar Zurich y Lucerna como excursiones de grupo.
Hasta otra lectores!!!
Autor: ÁLVARO GOTERRIS FUSTER
4º ESO-01
martes, 26 de marzo de 2013
Nuestro primer dia!
18 de marzo, todos cansados despues de un largo viaje nos tocaba levantarnos a las 6 o algún privilegiado a las 6:30, ya que muchos debían cojer autobuses o trenes hasta llegar al instituto (Alte Kantonsschule).
A las 7:45 empezaban las clases con nuestros compañeros debíamos estar toda la mañana con ellos en las clases. Algunos dieron español con Francesca, otros alemán y unos pocos matemáticas. Con esta mañana junto a ellos aprendimos como es la forma de enseñar allí. Lo que nos impactó mucho fue que las clases no duraban 55 minutos como aquí, sino que podían durar 2 o 3 horas con algún descanso de 10 minutos. Una cosa que me gustó es que las clases son muy participativas no solo es sentarte y escuchar sino que hacen muchas actividades todos juntos y creemos que es una forma muy buena para aprender.
Acabadas las clases nos reunimos el numeroso grupo en el salón de actos del instituto, allí el director nos dijo unas palabras, tambien Andreas un profesor y Lucia nuestra directora. También vimos un video sobre los maravillosos paisajes que hay en Suiza. Ya con hambre nos dirijimos a la cantina donde nos habían pagado una buena comida típica del país. Estaba ríquisima.
Hecho por Marta Ruiz, Andrea Rochera y Silvia Cantavella
A las 7:45 empezaban las clases con nuestros compañeros debíamos estar toda la mañana con ellos en las clases. Algunos dieron español con Francesca, otros alemán y unos pocos matemáticas. Con esta mañana junto a ellos aprendimos como es la forma de enseñar allí. Lo que nos impactó mucho fue que las clases no duraban 55 minutos como aquí, sino que podían durar 2 o 3 horas con algún descanso de 10 minutos. Una cosa que me gustó es que las clases son muy participativas no solo es sentarte y escuchar sino que hacen muchas actividades todos juntos y creemos que es una forma muy buena para aprender.
Acabadas las clases nos reunimos el numeroso grupo en el salón de actos del instituto, allí el director nos dijo unas palabras, tambien Andreas un profesor y Lucia nuestra directora. También vimos un video sobre los maravillosos paisajes que hay en Suiza. Ya con hambre nos dirijimos a la cantina donde nos habían pagado una buena comida típica del país. Estaba ríquisima.
Hecho por Marta Ruiz, Andrea Rochera y Silvia Cantavella
EL GRAN DÍA
Después de contar los días
que faltaban para el esperado viaje, ¡por fin llegó!
Eran las tres menos cuarto de la mañana y la gente iba llegando, aunque siempre hay algunos a los que se les pegan las sábanas.
Eran las tres menos cuarto de la mañana y la gente iba llegando, aunque siempre hay algunos a los que se les pegan las sábanas.
Una vez en el autobús,
mientras los nervios se apoderaban cada vez mas de todos, los profesores
"intentaban confirmar" que todos los alumnos estaban en el autobús
aunque sin éxito algunas veces ya que a cada profesor le salía un número de
alumnos diferente.
Durante
el trayecto unos descansaban mientras otros intentaban amenizar el viaje con
sus interminables charlas (aunque era bastante normal, ya que las ansias de la
experiencia podían con nosotros.
Después
de dos horas en el autobús realizamos una pequeña parada para despejarnos,
tomar algo y retomar el camino. Solo faltaba una hora para llegar al aeropuerto.
La
llegada a la terminal, tuvo ciertos obstáculos: el peso de las maletas, la
lluvia y el atasco de las puertas giratorias.
Una vez
dentro no todo podía ser perfecto. El no tener pasaporte impedía que dos de
nuestras compañeras embarcaran. Mientras los otros hacían el check-in, ellas,
junto al profesor, buscaban desesperadamente una solución. A falta de 15
minutos para subir al avión llegaron "permiso en mano" evitando
quedarse en tierra.
A todos
nos sorprendió que el corto trayecto hasta el avión tuviese que realizarse en
autobús. Subimos las escaleras hasta el avión, preguntando entre los compañeros
qué asientos tenían para saber con quién compartiríamos el viaje hasta Suiza.
Una vez
acomodados, podíamos ver en las caras de algunos esos nervios antes de
despegar. Mientras flotábamos en el aire, algunas turbulencias hicieron volver
los nervios iniciales del despegue.
Llegamos
allí a las 11.45 y notamos los primeros vientos fríos de Suiza.
Cogimos nuestro
equipaje y salimos con el autobús, dirección Basilea, donde montaríamos en el
tren que nos llevaría a Aarau, nuestra ciudad durante el intercambio.
Llegó el
momento. Cada uno se reencontró con su pareja y los nervios se esfumaron. Sentíamos
que habíamos llegado a nuestra casa durante esa semana, a la que ahora, si pudiésemos
volveríamos.
Es así
como empieza nuestra experiencia, es así como llegó EL GRAN DÍA.
Escrito
por: Gemma Adsuara, Núria Mateu y Belén Lloret.
sábado, 16 de marzo de 2013
Suizos en Vila-real.
A mediados de Septiembre solo llevábamos una semana de clase y ya estábamos inmersos
en un intercambio. Para algunos era el primero de sus vidas, otros ya
habíamos realizado alguno con nuestro instituto.
El temor de la mayoría
de nosotros por la diferencia de edad del numeroso grupo suizo pronto se
desvaneció y disfrutamos de una semana muy agradable, en la que pudimos
contrastar nuestros estilos de vida. Algunas de las actividades que
realizamos fueron desde ir a la discoteca nada más llegar, hasta visitar Valencia o la playa, donde algunos
de ellos incluso se atrevieron a disfrutar de los restos de calor en el
mar de un verano ya pasado.
Si bien se puede pensar que las relaciones
con estudiantes de otros países pueden ser frías debido al idioma, sin
embargo éste no fue el caso, pues los alumnos suizos poseían un gran
conocimiento de nuestro idioma y las relaciones entre todos fueron
óptimas.
También visitaron la fábrica de Porcelanosa y el grupo de alumnos españoles les llevamos una tarde a La Salera para ir de compras y cenar. Pero, sobretodo, lo que más disfrutaron los alumnos suizos fue la noche de la cena de despedida en la Ermita. A ellos les gusta mucho la naturaleza y nuestra ermita de Vila-real les encantó.
Después de esta gran semana que vivimos con ellos ya estamos esperando desde hace mucho tiempo el viaje que haremos durante esta semana.
Escrito por Fernando Navarro y David Moliner.
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