El martes día 20 de diciembre la nieve caída y cayendo no fue impedimento para acercarnos hasta una estación de esquí y subir en un teleférico (el único que estaba en funcionamiento en la zona por las pésimas condiciones climáticas).
Para comer nos trasladamos a un precioso pueblo de montaña llamado Appenzell, famoso por la elaboración de quesos y por la belleza de sus coloridas casas.
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