Nos despedimos de Suiza en la misma ciudad que nos vio llegar: Basilea, un lugar bullicioso y cargado de encanto. Los tranvías no dejan de circular ni un instante y los peatones y ciclistas los van sorteando gracias a la escasa velocidad con que aquellos se desplazan.
El mercadillo de Navidad es un lugar de visita inevitable en esas fechas y es que coloridas y alegres casetas aparecen engalanadas invitando a los visitantes a acercarse y adquirir detalles, dulces y objetos mil relacionados con esta época del año.
Las fotos recogen instantáneas de las últimas horas de este fantástico viaje a la antigua Helvecia.