El día que visitamos Berna el tiempo era totalmente invernal. El cielo no dejaba presentir la presencia del sol y una niebla baja lo invadía todo. La ciudad tiene un porte señorial y al mismo tiempo sencillo. Las calles están pensadas para disfrutarlas. Los soportales invitan al paseo a pesar de las bajas temperaturas. El color apagado del cielo contrastaba con las multicolores fuentes que se esparcen por doquier.
Dejo imágenes de nuestro paseo por la capital y de algunas de sus policromadas fuentes.